Thursday, September 04, 2008




Jorge Romo, una voz más que autorizada en el ambiente del referato sudamericano y mundial


Casi dos décadas al frente del Colegio de Árbitros de la AFA le han permitido a Jorge Romo vivir diferentes etapas del arbitraje del fútbol nacional e internacional. A su vez, es miembro de la Comisión Arbitral de la FIFA en representación de la Conmebol, por lo que es una palabra más que autorizada para analizar el presente de los encargados de impartir justicia en el país y a nivel sudamericano. En una entrevista exclusiva con Fútbol Argentino, Romo habla de todos los temas concernientes a una actividad que muchas veces está en el ojo de la tormenta.
¿Cómo ve hoy el nivel del arbitraje argentino, comparado con el de otros años?
En la época en que yo comencé en la actividad, los árbitros tenían una edad de retiro de 50 años, algo que fue cambiando hasta bajar a los 45. Por eso quizás cuando yo empecé había mayor cantidad y más posibilidades para realizar las designaciones de árbitros. En la actualidad se ha priorizado la parte física en los árbitros porque también en el juego se ha resaltado este aspecto. No es como en otros tiempos cuando había paredes largas, toques, tacos, y se jugaba más lento. Hoy el fútbol es más físico, con más contacto, se corre más, entonces el árbitro tiene que estar preparado en ese sentido.

¿Cuándo comienza a cambiar esta tendencia?
A partir de 2002, cuando cambia el Departamento Arbitral de FIFA hay un nuevo orden mundial para los árbitros en lo técnico y en lo físico. Mientras que en la Argentina lo iniciamos en 2005. Siempre opté por estar en concordancia con las exigencias de la FIFA. Todo lo que hace el Departamento de FIFA lo cumplimos a rajatabla y hoy somos uno de los pocos países de la Conmebol que está en esa línea. Con Carlos Coradina, quien es uno de mis colaboradores más cercanos y hace muchos años que está en la función, y con otros ex árbitros que han estado en distintas escuelas, hemos comenzado el lineamiento de la FIFA para instructores de árbitros juveniles, los instructores de árbitros asistentes, con la preparación física, etc. Respecto a este último punto, somos los únicos en Sudamérica que contamos con la célula fotométrica para todo lo que son las pruebas físicas. Ya no se usa ni el cronómetro ni el silbato para dar una salida o marcar una llegada. Esos son segundos que pueden modificar si un árbitro da o no la prueba física.

¿Esa concordancia con la política de FIFA se trata de lograr en todos los aspectos?
El tema de las pruebas físicas es uno de los asuntos fundamentales y hemos logrado que el profesor argentino Cristian Rossen sea el preparador físico representante en la Conmebol. Él es encargado de efectuar la parte física en las 10 asociaciones y también ir dando enseñanza, explicándole diferentes cosas a los 10 preparadores físicos que hay en las asociaciones. Entonces ahora tenemos esa política. Comenzamos por eso y luego seguimos, junto a la gente de Recursos Humanos de la AFA, con la organización de los departamentos como en FIFA, quiénes son los encargados de juveniles, de árbitros asistentes, de futsal, de fútbol playa. Porque esto es independiente. Yo tengo que conformar una comisión especial que me designe los árbitros de futsal, otra para fútbol playa y fútbol femenino, porque en la FIFA son independientes. El que da las charlas de una cosa no da de otra. Estamos tratando que la Confederación haga lo mismo. Es un traspaso que nos alineará más aún con la manera de trabajar de la FIFA.

¿Qué sucede con los demás países de Sudamérica?
Junto con Carlos Alarcón, presidente de la Comisión de Árbitros de la Conmebol, con quien mantenemos un constante flujo de ideas, hemos organizado no sólo los Cursos Futuro III en Ezeiza sino también un seminario en Asunción donde se nombraron 23 árbitros sudamericanos que consideramos son potenciales para el mundial 2010 y 2014. Esto lo fundamentamos en que en los 10 países miembros de la Confederación se ha ido perdiendo la calidad del arbitraje y, como bien se dice en la FIFA, hay que desarrollar a los instructores para que tengan uniformidad de criterio. Esto es algo para resaltar. Siempre he peleado por lo mismo. Que la FIFA, las confederaciones y las asociaciones tengan un único criterio. No es fácil, es muy difícil.

¿Es lo mismo dirigir en un país que en una competencia FIFA?
Cualquier árbitro puede actuar mejor en los campeonatos FIFA que en una asociación, porque es distinto. Nosotros hemos implementado y hemos charlado con los instructores y con la Dirección de Formación Arbitral (DFA) respecto a cuestiones técnicas y tácticas como pide la FIFA.
¿Dónde radica la diferencia?
Por lo general, en los campeonatos FIFA la primera instancia del torneo son tres partidos y un jugador es suspendido cuando acumula dos tarjetas amarillas. Entonces lógicamente el futbolista se cuida. Hoy, en los campeonatos nacionales, como son muchas más fechas no se cuidan tanto y no les molesta si se pierden un partido. Por eso en las competencias de FIFA quizás el árbitro está más distendido y puede manejar mejor las alternativas de juego. La prioridad mía siempre ha sido tomar la determinación adecuada cuando hay una acción y también tener sentido común. Eso es lo que preocupa y sobre lo que yo insisto en la Conmebol, para que se vayan formando instructores adecuados a esas políticas. Instructores nacionales, provinciales y regionales. Así en cada país. Por eso se hizo con Alarcón este seminario con 23 árbitros.

¿Cómo se conjuga esa uniformidad de criterio teniendo en cuenta la manera en que se ve el fútbol en diferentes países o categorías?
Las reglas son universales y se deben cumplir, salvo que haya alguna modificación de la International Board. Lo que dice la FIFA es aplicar las reglas con un sentido común equitativo. No es lo mismo mostrar una tarjeta de manera enérgica que hacerlo de una forma menos agresiva, porque quizás así no se logra calmar al jugador. De igual manera, no es lo mismo hablar o no hablar con el jugador. Éste es mi punto de vista. Lo que busco es que en todas las asociaciones de la Conmebol se aplique lo mismo. Cuando hay invasión de zona, si la barrera se adelanta, no agarrarse, debe usarse la advertencia, tener un único informe como el de FIFA. Nosotros lo aplicamos en Argentina y lo quiero trasladar a los 10 países y a la Conmebol. Incluso nuestros técnicos hicieron sugerencias para que la FIFA tome conocimiento y quizás en la próxima reunión de octubre esos puntos puedan modificarse. Si unificamos esto en el continente, sólo habrá un informe para completar por el veedor y quien sigue el partido por televisión. A veces sucede que en los partidos de Copa Libertadores o en las Eliminatorias los veedores deben completar diferentes informes y eso hay que cambiarlo. El informe en sí debe tener cuatro o cinco pautas que el árbitro debe mostrar. Cuál fue la parte disciplinaria, la parte técnica, física, la cooperación con el asistente, entonces como algunos lo tienen distinto eso lo queremos unificar. Lo mismo que el tema de las pruebas físicas.

¿Cuáles son los principales objetivos del Colegio de Árbitros?
El objetivo es que cada vez haya mayor cantidad y calidad de árbitros para poder mejorar el arbitraje argentino y sudamericano. Y, teniendo en cuenta la disminución de la edad límite del árbitro, queremos que los jóvenes tengan mayores posibilidades. Por eso necesito instructores que busquen talentos de corta edad y poder elevarlos a las categorías superiores en poco tiempo, para poder tener un plantel de árbitros cada vez de mejor calidad.
¿Cómo posiciona al arbitraje argentino?
Se está trabajando para mejorar siempre. Cuando la DFA se hizo cargo de la preparación dije que el trabajo era de por lo menos 18 meses. Ni en tres ni en seis meses se pueden obtener resultados. Hay que ir trabajando paso a paso y cada campeonato ir observando quiénes son los mejores, qué fallas hay que corregir y, si hay árbitros que cumplen la edad, entonces hay que reemplazarlos. Aquellos árbitros que han estado 5-7 años en categorías inferiores a la Primera A y no han progresado, considero que cumplen un ciclo por lo que hay que dejar paso a árbitros jóvenes. Por eso durante estos tres campeonatos, o antes si es posible, hay que tomar una determinación porque tenemos un grupo de árbitros de 25, 28, 30 años. Si ese grupo llega a Primera con 32 años tiene 13 más para estar en la máxima categoría. Si esto se da, empezaremos a conformar un plantel de árbitros que nos permitirá elegir cada vez entre árbitros de mayor calidad para los partidos más difíciles.

¿Cuáles serían las cosas que hay que mejorar?
Todos los domingos hay una materia nueva. Nosotros tenemos que analizar cuáles fueron los defectos y virtudes. Las virtudes resaltarlas y los defectos hacerlos notar para que no vuelvan. Cuando juegan tantos partidos seguidos, quizás no se le permite al árbitro estar con su familia, tener una preparación física adecuada y eso contribuye a que la actuación vaya declinando porque se lo satura. A eso además hay que sumarle los viajes que muchas veces les toca hacer por los torneos internacionales. Pero poco a poco se van dando cosas positivas.
¿Cómo es el vínculo entre el Colegio de Árbitros y la Dirección de Formación Arbitral?
El Colegio de Árbitros es el rector y se encarga de las designaciones de los árbitros, veedores, árbitros asistentes, designaciones de las cinco categorías, juveniles, todo. La DFA, dependiente del Colegio de Árbitros, son los formadores. Ellos son la parte técnica, donde capacitan y les dan la instrucción a los árbitros.

¿Hay una comunicación constante?
Intercambiamos ideas, conversamos, consensuamos, hay cosas que siempre he aprendido de los ex árbitros y quizás la experiencia que tengo de tantos años a ellos los puede ayudar, lo mismo que ellos a mí. Es recíproco. Sí me parece que se debe mejorar la comunicación cuando algún árbitro tiene un problema personal, familiar y se desconoce. Siempre insisto con esto. Tener la predisposición de aceptar si no se está en plena forma para dirigir. Si tenés un problema, comunicálo, no jugás por tres fechas y solucionás el inconveniente que es más importante que jugar un partido. A veces los desaciertos se dan porque el árbitro no está pasando un buen momento. En ese sentido las comunicaciones entre la Confederación y la AFA también son muy importantes. Soy muy exigente en este sentido. Cuando dan una prueba física yo ese mismo día la envío a la Confederación. De esta manera se evita que en la Conmebol se designe un árbitro que estaba enfermo, lastimado o no había dado la prueba física. Son cosas que ayudan.
¿Cómo ve usted la implementación de la tecnología que pueda ayudar a los árbitros a la hora de dirigir?
Se hicieron algunos experimentos en ciertos campeonatos, como los sensores, el pasto sintético, cuatro jueces de línea, etc. Particularmente considero que el fútbol es un juego de errores y aciertos, y el arbitraje lo mismo. Entonces quizás la esencia de esto no es dramatizar sino todo lo contrario. Si un árbitro se equivoca, también se equivoca un jugador.
Lo que sí significó un aporte fue el sistema de intercomunicación para árbitros y asistentes…
Eso fue fundamental. Porque esa comunicación al instante entre árbitro y asistentes quizás evita un error o provoca un acierto. Entonces con esa tecnología estoy de acuerdo totalmente.
Acá en Argentina no se usa prácticamente…
Nosotros tuvimos esa experiencia pero los aparatos son muy costosos. Son muchas categorías. Sin embargo es un proyecto que está a consideración.

¿Cómo ve al arbitraje sudamericano en el futuro?
Espero que el seminario que hicimos en Asunción haya sido el puntapié inicial de un proceso fructífero. La idea que tengo es hacer dentro de seis meses un curso para los posibles candidatos a dirigir en los mundiales de 2014 y 2018. Que la DFA y cada departamento de árbitros de las diferentes asociaciones puedan aportar un par de valores potenciales. Y comenzar ese trabajo para que ellos sean los próximos internacionales. Ése es el trabajo en el que estamos insistiendo con Alarcón en la Confederación, que nos brinde el tiempo y los fondos necesarios para poder ir capacitando a veinte árbitros, aproximadamente, de los diez países.


Jorge Romo y el arbitraje del interior del país
“Ha crecido mucho. En 1986-1987 estuve trabajando junto a Álvaro Castro y José Camino con el tema del arbitraje en el interior y realizamos una tarea muy ardua. Los árbitros no daban pruebas físicas, eran amigos de alguien, no se daban clases técnicas, ni tenían preparación física. Y fuimos desplazando a esa gente con ayuda de las Ligas del Interior. Y comenzaron a insertarse árbitros jóvenes, que participaron dirigiendo en Primera A, Primera B Nacional y llegaron a ser internacionales habiendo comenzado en torneos muy competitivos como los Argentinos A y B.

Fuente: Revista Fútbol Argentino.

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